EL MITO MODERNO DEL DESARROLLO
En los últimos años la Amazonía no ha retenido su cobertura vegetal natural: se calcula en 62 mil hectáreas los espacios de monte talados anaualmente, de las cuales 48 mil corresponden a la Región San Martín. Para constatar tal afirmación basta ver lo que sucede en los rios Mayo, Ponaza, Biavo y otros que conforman la cuenca del Huallaga. el panorama diverso es sustituido en las mejores tierras por paisajes monoculturales. Extensas colinas están llenas de gramíneas y otras herbáceas, indicadoras de degradación de los suelos. Muchas quebradas han desaparecido.
La agricultura campesina caracterizada por su diversidad está rezagada, predomina la producción para el mercado externo. La tradición por la que la chacra convive con el monte para recrear armoniosamente el paisaje es una práctica constantemente amenazada. Tal fenómeno de explotación de la naturaleza ha producido el empobrecimiento de los campesinos, al tiempo que la naturaleza se agota, se agudiza la crisis social, medioambiental. "Antes eramos pobres, pero vivíamos bien ; hoy tenemos que migrar a la ciudad en una aventura de tristeza y abandono", frase que refleja las circunstancias por las que atraviesan muchos campesinos. Las que se enriquecen son las empresas agrícolas y el comercio; pero la naturaleza y la mayoría de los campesinos pasan por su peor momento. Mientras las autoridades pugnan pòr apalancar el desarrollo, reforzar el ancalaje económico, otros consideramos que el foco de atención debe estar centrado en la afirmación y vigorización de las prácticas y propuestas de apoyo a la pequeña agricultura y la forestación, siendo la agricultura tradicional la principal actividad productiva de la mayoría de la población rural amazónica. ella es el fundamento de la alimentación, la salud y otro tipo de ingresos, pues aporta el 70% de la producción del país.