Saberes Amazónicos, es un blog que trata de motivar la reflexión sobre los milenarios saberes de los pueblos de culturas originarias, andino-amazónicas en particular, sobre sus cosmovisiones o maneras de ver el mundo, temas de biodiversidad y cultura respecto a la crianza de la vida en todas sus formas: la chacra, el monte, la medicina tradicional, la espiritualidad amazónica.
Amigo lector acompañenos a descubrir este mundo maravilloso para quererlo y conservarlo por siempre.
Mario Arévalo Rivera

HUIMBA (Ceiba sumauma)



Especie heliófita de rápido crecimiento, generalmente asociada al bellaco caspi (Hymathantus platanifolia), Estoraque (Myroxylon balsamun), entre otros árboles. En hábitats de elevada y constante pluviosidad, por debajo de los 1400 msnm en montes primarios y secundarios, donde la especie es dominante y forma parte del estrato superior del monte. Ampliamente distribuida en el Perú, regiones de Loreto, San Martín, Ucayali y Huánuco. En los últimos 30 años, la promoción del desarrollo a generado una despiadada destrucción de la biodiversidad amazónica, la explotación de la huimba como de muchos otros árboles, ha ido en crecimiento, lo que causa la desapareción de poblaaciones enteras. Además de ser un símbolo natural y cultural, su presencia es vital para la conservación de los ecosistemas. Se asocia con una gran diversidad de árboles, conserva los suelos por la gran cantidad de nutrientes que comparte anualmente, preserva humedales cercanos; sus características atraen las aguas subterráneas, de modo que ayudan a mantener climas y microclimas adecuadamente. Es miembro pleno de la chacra de gran diversidad de especies temporales y permanentes; en el monte se encuentra asociado, además, con sogas o huascas, lianas de mucha resistencia utilizadas en las construcciones campesinas, artesanía y medicina como el puka huasca, el yurak huasca, yaku huasca, entre otras que conocen los campesinos amazonicos.






Aunque se desarrolla en un ámplio rango de condiciones edáficas y climáticas, es más frecuente y adquiere su máxima expresión en tierras bajas húmedas, en especial sobre terrenos planos de origen aluvial, donde, además, crecen las gambas de mayor tamaño. La floración en la selva alta y baja de San Martín se registra de junio a agosto, época en que la huimba pierde todo su follaje y produce frutos, aunque la vivencia de los campesinos expresa que no florece todos los años, existen periodos de 2 a 4 años entre dos eventos de floración. La pérdida de follaje durante la floración facilita el acceso libre de los polinizadores, aves, insectos, viento y la plenitud del sol. En años reproductivos los árboles de huimba pueden permanecer más tiempo sin hojas que durante los años fértiles; "el viajar del viento llevando el volar de las semillas de huimba" marca una época trascendental en nuestras vidas de niños (Samuel Sangama, Estaly Yaicurima). En la selva alta de San Martín, el mes de agosto se caracteriza por ser época de vientos, suaves y de cierta intensidad, meses que coinciden perfectamente con la dehiscencia de los frutos de huimba, que vuelan por los caminos chacreros, como minúsculos paracaídas: el capullito y la semilla viajan para posarse en tierra fértil y seguir recreándose en la eternidad. Niños que corren tras el aterrizaje soplando hacia el cielo para volver a elevarlos, un verdadero encuentro que muchos niños talvez ya no podrán recrear tan fácilmente.








Las flores vistosas caen al suelo en grandes cantidades, alimento de animales silvestres. Los frutos son cápsulas leñosas que se abren al madurar. Un árbol maduro produce más de mil frutos y, en cuyo interior más de doscientos cincuenta semillas, de 4 a 8 mm de largo, adheridas a fibras sedosas blancas como copos de algodón, muy finas. el fruto entre diez y veinte cm de largo, y ocho a doce cm de diámetro, cinco valvas con la superficie interna lisa que alberga a las semillas cubriéndolas con una extraordinaria fibra lisa. Es un árbol dominante que llega hasta 30 m de altura, corteza externa agrietada con espinas muy duras de forma cónica. La corteza interna de sabor dulce, rosado banquesino que oxida prontamente que exuda una resina traslúcida. Las hojas compuestas por cinco foliolos. Otro de los extraordinarios polinizadores de la huimba es el murciélago, las flores abiertas hasta por dos semanas son visitadas también por ronzapas y ardillas.





En los últimos 30 años, la promoción del desarrollo ha generado una despiadada deforestación de la biodiversidad amazónica. La explotación de este árbol, como la de muchos otros, ha ido en crecimiento, lo que hace que poblaciones silvestres enteras de este miembro del monte hayan desaparecido. Además de ser un símbolo cultural y natural, su presencia es vital para la conservación de los ecosistemas. Se asocia con diferentes especies de árboles de rápido crecimiento; conserva los suelos por la gran cantidad de nutrientes que comparte anualmente; preserva humedales cercanos, cochas y pantanos. Sus características atraen a las aguas subterráneas, de modo que ayudan a mantener los hábitats adecuadamente.







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