Saberes Amazónicos, es un blog que trata de motivar la reflexión sobre los milenarios saberes de los pueblos de culturas originarias, andino-amazónicas en particular, sobre sus cosmovisiones o maneras de ver el mundo, temas de biodiversidad y cultura respecto a la crianza de la vida en todas sus formas: la chacra, el monte, la medicina tradicional, la espiritualidad amazónica.
Amigo lector acompañenos a descubrir este mundo maravilloso para quererlo y conservarlo por siempre.
Mario Arévalo Rivera

CULTURA Y AGRICULTURA MÁS ANTIGUA DEL MUNDO.


Los Andes y sus contrafuertes: la occiental, costa y la oriental selva amazónica, con el 83% de los 103 zonas de vida natural existentes en el mundo. En ellas miles de pueblos que hablan 45 idiomas diferentes y, de costumbres diferentes, caracterizan a Perú como un país pluriecológico y pluricultural. Es centro de origen de una de las culturas y agriculturas más antiguas del mundo, cuyos comienzos se remontan a más de 10 mil años.

La cultura andino-amazónica desde sus origenes, agrocéntrica, es decir que la vida de los pueblos gira en torno a la crianza de plantas, propiciando la diversidad de especies y variedades; diversidad que se sintoniza con las variaciones extremas del diverso y cambiante clima, circunstancia que asegura la obtención de alimentos sea en año poco lluvioso o lluvioso.
La diversidad de plantas cultivadas en mezclas está en relación con la diversidad del clima y suelo, que hoy constituyen el mayor potencial para el bienestar de los pueblos. Diversidad que es el resultado de la crianza colectiva de la chacra y el monte donde se resalta la vigencia de saberes que devienen de una manera peculiar de relacionarse con la naturaleza, una manera respetuosa de vivenciarla, cuya característica más relievante es la de ser criadora de la diversidad pertinente con el fluir de la vida. Esta cosmovisión hace posible que aún se conserven y crien con cariño y dedicación una gran diversidad de plantas.
La cultura occidental moderna tiene también su propia manera de relacionarse con la naturaleza, pero a diferencia de nuestra cultura amazónica, no cría la diversidad, sino maneja la uniformidad. Construye la homogeneidad que conviene al control y explotación de la naturaleza con criterios de productividad y rentabilidad.

Los cultivos cuyo origen y centro de dometicación se encuentran en los Andes Centrales de Sudamerica (Perú, Bolivia y Ecuador) son los que constituyen la base de nuestra seguridad y soberanía alimentaria, no solo de los campesinos que la crían con sabiduría y dedicación para su propio sustento, sino también para alimentar la población de las grandes ciudades del país.

Más del 60 % de los alimentos que se consumen en las grandes ciudades, vienen de las chacras campesinas, donde las diversas variedades de plátanos, papas, maíz, yuca, frejoles, etc., siguen siendo criados con los milenarios saberes y constituyen fuentes valiosas de alimentos de gran valor nutricional, como por ejemplo la mashua, achita, frejol, tarwi, ashipa, uña de gato, sangre de grado, llanchama, camu camu, yuca y, otros, de gran valor y cualidades nutracéuticas.

EL CONOCIMIENTO Y EL SABER.

El CONOCIMIENTO se halla en las entrañas mismas del proyecto filosófico y científico occidental y brota cuando el hombre empieza a preguntarse de la naturaleza de las cosas, convirtiéndose en sujeto cognoscente y la naturaleza objeto por conocer. El diálogo con las cosas empieza a ser intermediado por la representación que nos hacemos de las cosas mismas. El hombre no dialoga con la realidad misma, lo real es para él, el mundo que construye. La educación en plan moderno surge para organizar de modo didáctico el conocimiento alcanzado, pero también de los métodos que garanticen el acceso a los secretos de la naturaleza y su dominio concomitante.
El SABER al contrario del proyecto occidental del conocimiento, en las culturas originarias, la comunidad humana no se ha desafiliado de la naturaleza, él mismo es un miembro de la comunidad natural, atributo que se encuentra en la raíz misma de la conservación de la vida. El mundo es vivido como una colectividad de personas en un continuo proceso de engendramiento, no se trata de seres vivos y seres inertes: humanos, plantas, suelos climas, etc, sino que comparten el atributo de la vida y, entre ellos ninguno toma distancia del otro para contemplarlo y conocerlo, sino que todos se hallan en sintonía, al ritmo de la danza regenerativa de la vida.

LOS EQUILIBRIOS DE LA VIDA

El cambio es algo habitual en el estado de la Tierra, venimos de un estado de glaciación al actual estado cálido. Lo inusual de la crisis es que nosotros la hemos provocado, el calor se amplifica (Efecto invernadero. Desaparición de hielos árticos. Cambios oceánicos. Destrucción de selvas montañosas. Escasez de agua dulce). Y sus consecuencias se multiplican.


Detener el consumo de combustibles fósiles, cesar la destrucción de hábitats naturales. En la Tierra a partir de los 25ºC si no llueve, el suelo pierde humedad y se convierte en desierto. La Amazonía de selvas tropicales se han adaptado de forma que retienen las nubes encima de ella, reciclando el agua. Se sabe que un aumento por encima de 4ºC en la temperatura atmosférica, sería suficiente para convertir la selva amazónica en un páramo, en un desierto. En parte debido a la evaporación más rápida de la lluvia como de los cambios globales en el sistema de vientos. Los vientos cálidos del Atlantico y los fríos de la vertiente oriental andina dan origen a climas y microclimas únicos en el mundo, presencia de lluvias que ayudan a la intricada diversidad de formas de vida y expresiones culturales.