Saberes Amazónicos, es un blog que trata de motivar la reflexión sobre los milenarios saberes de los pueblos de culturas originarias, andino-amazónicas en particular, sobre sus cosmovisiones o maneras de ver el mundo, temas de biodiversidad y cultura respecto a la crianza de la vida en todas sus formas: la chacra, el monte, la medicina tradicional, la espiritualidad amazónica.
Amigo lector acompañenos a descubrir este mundo maravilloso para quererlo y conservarlo por siempre.
Mario Arévalo Rivera

ÁRBOL DE COPAL (Protium glaucum)





Árbol milenario, originario de tierras calientes de culturas criadoras, tejedoras, embarradoras y/o cerámicas. Conocido por las étnias amazónicas. Árbol que convoca la espiritualidad, facilita el entrelazamiento con la la vida humana y natural; sahumerios de copal que llegan dando vueltas o en muyunas, las ánimas formando círculos maravillosos al rededor y, al ritmo de las danzas que armonizan la vida. El copal (Protium glaucum), se relaciona con lo sagrado, con lo místico y representa un vínculo de comunicación con las deidades o dioses, ánimas de gran saber.

De este poblador del monte se extrae la resina de copal, ampliamente utilizada por las culturas andino amazónicas, muchos siglos antes de la época prehispánica, en la realización de ritos, elaboración de ofrendas y, confección de diversos objetos rituales.

Remedio natural en el tratamiento de afecciones respiratorias agudas y, del alma. Las ofrendas que realizan los maestros amazónicos en honor a sus ánimas, contienen diversos ingredientes, resina de caraña, lacre y copal. Para ello el copal se quema en braseros y sahumadores, especialmente tiestos o callanas. De humo blanco de aroma cacaracterístico a través del cual se establece una conversación o sintonía con el ámbito espiritual.


La aromática aresina es extraída de árbol como una de las crianzas de la naturaleza para regenerar la vida. Según los criadores de la amazonía alta peruana, la extracción de la resina varía según el producto que se desee obtener: el copal duro o piedra de copal se cosecha de la corteza del tronco brotado en forma natural, en cambio el copal blanco o santo se extrae mediante cortes diagonales en la corteza.

Los cortes que se realizan están acompañados del calendario lunar y rituales de pago de permiso al árbol, el monte. El copal es una especie de gran tamaño, ocupa el estrato superior de la foresta amazónica, normalmente crece en manchales llega a medir hasta 35 metros de altura, con diámetro en la base de 1,4 metros aproximadamente; tallo lustroso, pierde sus hojas después del solsticio de junio a septiembre e inicia los brotes nuevos las primeras semanas de febrero.
Los copales son árboles caducifolios, lo que hace que los árboles tiren todas sus hojas y luego con las lluvias reverdezcan. La mayoría de los copales produce flores al principio de la temporada de lluvias, hacia fines de setiembre y principios de octubre. Las flores aparecen al mismo tiempo que los renuevos de las hojas. La floración es rápida y hacia finales de octubre ya hay frutos verdes. La mayoría de los frutos maduran entre febrero a marzo. Viven formando rodales de 30 a 40 árboles en diferentes momentos de su regeneración, desde pequeños hasta frondosos y altos. Su presencia está muy restringida a montañas con vegetación primaria; le gusta vivir en suelos muy ricos, en simbiosis con árboles curadores como sangre de grado, llanchama y huacapú. Se ha determinado que el monte secundario con especies pioneras que crecen después que los cultivos, es reemplazado por una vegetación herbácea, luego arbustiva y, más tarde arbórea: especies del monte primario como copal, paujil ruru, lupuna, entran en la composición de la vegetación, estado al que se denomina monte transicional.

Cuando el copal va llegando a su madurez, del primer tercio del tronco brota naturalmente resina que va cristalizándose a su alrededor, de color blanco brillante, una especie de bolas de nieve duras que, al ser cosechadas con sumo cuidado, se desprenden fácilmente.


Muchas veces hay que acelerar la cosecha del brote realizando pequeños cortes al tronco y esperar aproximadamente dos a tres semanas para la cosecha de resina sólida. Se presentan casos que la acción de un gorgojo también es responsable de la formación de bolas de resina en los árboles de copal, la hembra coloca su huevo dentro la corteza, al eclosionar, la larva come la corteza interior y provoca la salida de la resina que se endurece al contacto con el ambiente. En ambos casos la resina al carbón arde rápidamente con humo denso muy agradable y sanador. Del mismo modo, con la corteza y las hojas secas se hace una especie de pequeñas fogatas dentro de la casa o el tambo campesino, alrededor de las cuales se forman círculos de niños con el fin de purificar sus ánimas y curarlos para tenerlos siempre sanos y que puedan caminar por el monte sin mayores dificultades, acompañados siempre por las dioses o deidades blancas, ánimas vinculadas al humo que produce cuando se quema sobre carbón ardiente.




Lea y difunda: "ÁRBOLES EN LA COSMOVISIÓN AMAZÓNICA"



















































































HUIMBA (Ceiba sumauma)



Especie heliófita de rápido crecimiento, generalmente asociada al bellaco caspi (Hymathantus platanifolia), Estoraque (Myroxylon balsamun), entre otros árboles. En hábitats de elevada y constante pluviosidad, por debajo de los 1400 msnm en montes primarios y secundarios, donde la especie es dominante y forma parte del estrato superior del monte. Ampliamente distribuida en el Perú, regiones de Loreto, San Martín, Ucayali y Huánuco. En los últimos 30 años, la promoción del desarrollo a generado una despiadada destrucción de la biodiversidad amazónica, la explotación de la huimba como de muchos otros árboles, ha ido en crecimiento, lo que causa la desapareción de poblaaciones enteras. Además de ser un símbolo natural y cultural, su presencia es vital para la conservación de los ecosistemas. Se asocia con una gran diversidad de árboles, conserva los suelos por la gran cantidad de nutrientes que comparte anualmente, preserva humedales cercanos; sus características atraen las aguas subterráneas, de modo que ayudan a mantener climas y microclimas adecuadamente. Es miembro pleno de la chacra de gran diversidad de especies temporales y permanentes; en el monte se encuentra asociado, además, con sogas o huascas, lianas de mucha resistencia utilizadas en las construcciones campesinas, artesanía y medicina como el puka huasca, el yurak huasca, yaku huasca, entre otras que conocen los campesinos amazonicos.






Aunque se desarrolla en un ámplio rango de condiciones edáficas y climáticas, es más frecuente y adquiere su máxima expresión en tierras bajas húmedas, en especial sobre terrenos planos de origen aluvial, donde, además, crecen las gambas de mayor tamaño. La floración en la selva alta y baja de San Martín se registra de junio a agosto, época en que la huimba pierde todo su follaje y produce frutos, aunque la vivencia de los campesinos expresa que no florece todos los años, existen periodos de 2 a 4 años entre dos eventos de floración. La pérdida de follaje durante la floración facilita el acceso libre de los polinizadores, aves, insectos, viento y la plenitud del sol. En años reproductivos los árboles de huimba pueden permanecer más tiempo sin hojas que durante los años fértiles; "el viajar del viento llevando el volar de las semillas de huimba" marca una época trascendental en nuestras vidas de niños (Samuel Sangama, Estaly Yaicurima). En la selva alta de San Martín, el mes de agosto se caracteriza por ser época de vientos, suaves y de cierta intensidad, meses que coinciden perfectamente con la dehiscencia de los frutos de huimba, que vuelan por los caminos chacreros, como minúsculos paracaídas: el capullito y la semilla viajan para posarse en tierra fértil y seguir recreándose en la eternidad. Niños que corren tras el aterrizaje soplando hacia el cielo para volver a elevarlos, un verdadero encuentro que muchos niños talvez ya no podrán recrear tan fácilmente.








Las flores vistosas caen al suelo en grandes cantidades, alimento de animales silvestres. Los frutos son cápsulas leñosas que se abren al madurar. Un árbol maduro produce más de mil frutos y, en cuyo interior más de doscientos cincuenta semillas, de 4 a 8 mm de largo, adheridas a fibras sedosas blancas como copos de algodón, muy finas. el fruto entre diez y veinte cm de largo, y ocho a doce cm de diámetro, cinco valvas con la superficie interna lisa que alberga a las semillas cubriéndolas con una extraordinaria fibra lisa. Es un árbol dominante que llega hasta 30 m de altura, corteza externa agrietada con espinas muy duras de forma cónica. La corteza interna de sabor dulce, rosado banquesino que oxida prontamente que exuda una resina traslúcida. Las hojas compuestas por cinco foliolos. Otro de los extraordinarios polinizadores de la huimba es el murciélago, las flores abiertas hasta por dos semanas son visitadas también por ronzapas y ardillas.





En los últimos 30 años, la promoción del desarrollo ha generado una despiadada deforestación de la biodiversidad amazónica. La explotación de este árbol, como la de muchos otros, ha ido en crecimiento, lo que hace que poblaciones silvestres enteras de este miembro del monte hayan desaparecido. Además de ser un símbolo cultural y natural, su presencia es vital para la conservación de los ecosistemas. Se asocia con diferentes especies de árboles de rápido crecimiento; conserva los suelos por la gran cantidad de nutrientes que comparte anualmente; preserva humedales cercanos, cochas y pantanos. Sus características atraen a las aguas subterráneas, de modo que ayudan a mantener los hábitats adecuadamente.







Lea y Difunda : "ARBOLES EN LA COSMOVISIÓN AMAZÓNICA"